Mientras vivas mas he de morir,
tu cercanía adicta a mi sombra
se disolverá con el tiempo,
a tus pasos...
Mi voz y tu talento
que separa la vida,
del amor y del deseo,
de la pasión y del miedo.
Me miras desde tu espalda
cálido, callado, mojigato
tranquilo y angustiado,
indefenso tú, ser saciado con mis labios.
La demanda de mis besos
no son mas que droga de tu boca,
mi palabra y mi mirada
ornan tan bien, ya eres adicto.
Envejeceré mientras crezcas,
renacerás del encanto. Tuyo, mío,
y cuando estés listo
yo habré muerto.
Bea Ramírez
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