Al Duborg

No a la TiranĂ­a:.

La tortuga apura el paso,

luego que el perro le ladra.

La sangre nueva taladra,

la brecha de un triste ocaso.

 

La ventura abre sus brazos,

cabalga sobre la autora.

Quien ensilla por ahora

a los jóvenes descalzos.

 

El sol calienta la nieve

y hace que crezca el arroyo.

El dique no tiene apoyo

le dio la espalda al relieve.

 

Un deslave se avecina

el mal tiempo lo provoca.

Tapiados hasta la boca

muere esta banda asesina.