Por soñar que sea
navegando en barcos blancos
bajo el fulgor de las estrellas
evadiendo una realidad
que me es dura y traicionera,
que sea
como convertir el mundo
en lo que uno mejor se espera...
En la cama no dar más vueltas
del límite oscuro peligrosamente cerca,
que hay allí un confín
de posibilidades imaginables
donde boguemos a placer
ajenos a toda tormenta
que se tramase sobre nuestras cabezas.
Si total es dar un paso
y perderse entre la niebla
pues saltemos las barreras
que nos ponga el subconsciente:
más allá hay un mundo
de perlas
que regalarle a nuestras mujeres,
más allá hay también un puente
para traernos de nuevo de vuelta
sin el peso que tanto es ese
capaz de tumbar a cualquiera
de los que por aquí hay más fuertes.