¡Ay, ay , como culpamos
los mortales a los políticos!
pues de nosotros proceden los males
sin que ellos, crean su estupidez.
Al que necesitado esta
confórmale casi todo y
con nada se le convence
de su ínfima evaluación.
¡Ay, ay, con mi condición
saber, sé, también de política!
pues, las arengas del pasado,
reciente, olvidadas en protocolos.
Y, en política vale todo,
explican al inocente, sonriente,
tu voto es oro, para gradiente,
¡ahí están!, de pueblo llano a “casta” pudiente.