Cosido a destellos,
sueña el turbio espejismo
la conjura del despertar.
Pira de ojos extasiados
que desafían los infiernos
con la ofrenda alquímica de Adán,
desmemoria poética del delirio
la nada tachada no se improvisa.
Aunque todo nacimiento sea furtivo
como verse ensimismado
de lujuriosos olvidos
que invitan a vencer la muerte.
A permanecer incólume
ante la palabra baladí
hostilmente cifrada,
ruido cíclico
paja aventada por la sierpe
en la lengua babel del dragón.