Alfonso Darío

El día que te dije: ¡Ya no te quiero!

Somnoliento en mi lecho crucé el brazo izquierdo
hacía al lado donde siempre tu dormías
encontré tu calor, desperté sin ser lerdo
encendí tv, me dediqué a observar que hacías

 

Mesa de noche, caliente taza de tinto
apetitoso plato, rodajas de frutas
mirada penetrante oloroso recinto
entrabas y salías sin perder las rutas

 

Mañana fresca, de las que juntan amores
llamé: ¡Ven acompáñame, ven a mi lado!
¡estoy sudada respondiste, así me enfado!
entonces reflexioné: ¡Mujer que valores!

 

¡Ya no te quiero! ¿Sabes? dije desde el tálamo
el día pareció detenerse un instante
un dejo triste en ti, en mi sentí algo punzante
tan veloz es mi mente grité: ¡AHORA TE AMO!

 

Esa sonrisa que siempre te acompañó
mis brazos extendí y corriste hacía a mi
ser felices y olvidar si algo nos empañó
nos juramos ser para ti y tu para mi

 

Hoy todo es tristeza, vacío y desencanto
en todas partes estás con tu alegre risa
mientras tu alma a mi lado se baña en mi llanto
mi corazón ruega lo recojas deprisa

 

Ya entendí tu mensaje por mi cumpleaños
le pediste a Dios que te llevara en mi día
afianzaste no te olvide si pasan años
en el cielo ángeles celebran tu alegría

 

Melancolía en mi hogar, no te digo adiós
nuestro amor seguirá más allá de la muerte
se perpetuará con la protección de Dios
bendijo nuestros esponsales tuve suerte

 

Mi lecho te reclama, dormiré en tu lado
no has partido porque siempre estarás conmigo
es una pesadilla, estoy desconsolado
no lo puedo creer de ser cierto te sigo

 

¿Acaso no era yo quien se iría primero?
¿O para ti, era más triste verme morir?
como si no supieras que sin ti me muero
y que estoy preparado si debo partir