Soy el viento que destruye
el estrés de tus manos, tu mente,
tus nalgas y tus sueños.
Soy aquel que te busca
y encuentra…
¡y te da todos los remedios!
Para tus males, pesadillas y anhelos…
¡Ay, cómo me encanta ahogarme
en tus gemidos por doquier!
¡Y remeter contra
tu apasionado vaivén!
Solo nosotros beberemos
nuestra insaciable savia…
¡Oh, qué rica sos!
¡Qué diabla!
¡Ay, ¿para qué entristecerme
y tener mis labios vencidos
si la vida con vos es
corta, amena y celeste?!
¡Soy el amante de la Vida y la Poesía!
O sea, ¡el amante de tu sub celeste!
Vengo armado de nudillos.
Te hago mil masajes si querés.
¡Oh, soy el sol que alumbra
tus pestañas y destruye
todos tus miedos!
Soy la brisa que te baña
y, por las mañanas,
te devuelve
el calor del atardecer…
¡Oh, soy tu amante!
¡Tu más querido ser!