Una semana sin saber de ti
A todas horas me acusa tu recuerdo,
y mi memoria no hace otra cosa que traerte
como lágrimas que mojan mis ojos y van hasta mi alma.
Una semana sin saber de ti
y parece que fuese una cruel y fría eternidad.
Y es que los de corazón roto no medimos el tiempo
como lo hace el común de la gente,
para nosotros la ausencia se mide en recuerdos
y el rencor se evapora con una de tus sonrisas.
Pero no me cansaré de esperar
y quizá te preguntarás ¿Qué estoy esperando?
Pues simplemente espero como un errante
que va en el desierto intentando encontrar
un oasis que le dé la esperanza de continuar.
Y así estoy sin saber que hoy es viernes una semana después,
de un olvido que no fue anunciado...