Bienvenida a la eternidad del silencio virgen
Que refleja el brillo de sus ojos.
Llegué como el viento,
En forma de beso suave acariciando su cuerpo con lentitud.
Ella permanece en la plenitud de un recuerdo alojado en mi piel.
Más allá de aquellos días su aroma revive en el crepúsculo de su sombra
desnudándose bajo el reflejo de los astros.
La noche aguarda tantos misterios.
Las paredes guardan nuestro secreto.
Al igual que este cuarto el cual siempre será nuestro refugio.
Nuestra manera de expresar nuestro amor.
Se maquina mi cien pensando en su figura,
y expresar en versos aquel tiempo el cual continuara su rumbo.
En cada nota revivo su esencia inconmensurable y necesaria para mi existencia.
Aun permanecerá en la eternidad de mis palabras.