Estando tan cerca de mi mano inmóvil
Tu piel incendiaria lacera mi apego
No conozco tu nombre
Solo la vehemencia de tu imagen que me ilusiona
Te sigo como el viento que agita tu cabello
Como brizna de hierba que sucumbe al roció
O flor erótica que suplica el aroma
Ante la caricia cándida de sus pétalos
Indiferente, pasas a mi lado, desconociendo mi latido
Condenandome a una bóveda celeste sin estrellas
Pareciera que el día muere dando paso a un frío polar
A la insólita expresión de un mar sin arenas
No conozco tu nombre, pero te conozco
Vagando en mis pensamientos, recostado a los cristales
Ilusionando tu mano, acariciando tu cuerpo
Cuanta pasión brota en proverbios
De imágenes fundidas en el tiempo
Se que te conozco, aunque no se tu nombre
Entre las sábanas tibias de mis anhelos
Cuando mis dedos ciegos
Recorren la imagen pulcra de tus deseos
Castigando mi alma a prometer indultos
Ante el eco penoso de mis gemidos