gloriscar

existir

Moras sentado en la orfandad de mi subconsciente.

Aquel sillón, nuestro sanatorio de recuerdos fugases, donde la sanguijuela fértil con ojos hipnóticos nos seduce con fríos besos de engaños.

Estas allí, nos acogen mortales somníferos del nervoso estado con manos temblorosas… nuestro irreal existir.