Las tormentas
se llevan
a mis grandes
amores.
Truenos y rayos
azotan el cielo.
Cortinas de agua
como latigazos
penetran en la piel.
Castigados,
los árboles se agitan.
Caen las ramas
desgajadas
del tronco,
que resiste.
Algunos árboles
desprenden sus raíces
de la tierra
y con pulcritud
yacen inertes,
vencidos.
En mi interior
la tormenta
es intensa.
Mis seres queridos
luchan por su vida.
Arrecia la tormenta
interior.
Más tarde,
la calma.
Aún peor
que la tormenta.
Página en blanco.
Soledad.
Ni las lágrimas
se atreven
a brotar.