Casita blanca
cargada de recuerdos
¿dónde te escondes?
Te vi en el bosque,
muy cerca de las hayas,
hace algún tiempo.
Me enamoraste
y en ti encontré la paz
y la hermosura.
Pasaba cerca
un río misterioso
y cantarino.
De las montañas,
bajaba con sus aguas,
frías e inquietas.
Y desde el porche,
veía los neveros
allá a lo lejos.
El bosque, frío,
llamaba y atraía
con sus encantos.
Sendas y vida
con gnomos y con elfos
que me llamaban.
Hasta enanitos,
veía con sus gorros
en fila india.
Cuentos de hadas,
(decían los mayores),
y sonreían.
Pero la magia
que embruja los sentidos,
tú me la diste.
Mi linda casa,
casita de los bosques,
¡casita blanca!
Rafael Sánchez Ortega ©
03/12/20
Creo, y casi puedo afirmar, que todos hemos soñado con una \"casita blanca\" parecida y que culminaría un poco tantas ilusiones de esos años dorados de la infancia. La casa en el bosque o cerca del bosque, junto a un río y con las montañas cercas, viendo los neveros y las cimas, y luego esos gnomos y elfos caminando por los sendero y cerca, detrás, andando los enanitos y el hada. Y todo en ese viaje hacia el pasado donde tantos cantos llegaron a nuestros corazones y donde tantos sueños quedaron rotos y otros esperando esa primavera que no acababa de llegar.