Dedicada a todos aquellos viejos amigos que se han marchado dejándonos la enseñanza de lo que es una verdadera amistad.
Yo le veía pasar tras mi ventana
Apoyado en aquel bastón de filigrana
Y fui su amigo de diarias carcajadas
Hasta llevarlo a su última morada
Un día soleado le encontré en el camino
Le vi triste y muy acongojado
Y me conto en susurros la historia de su vida
Atravesada por bellas lágrimas furtivas
….No esperes nada de mí si nada tengo
Más que un poco de dolor en mis rodillas
Porque he cargado el peso de la vida
Y ya nada queda pleno en la partida
…Y me iré por el camino polvoriento y lleno
De añoranzas y pálidos reflejos
Incipiente y falaz anhelo
Cual suspiro lanzado a el olvido
…Solo te dejo como fiel reflejo
Aquella historia que marco mi vida
De un amor que se murió de viejo
Y que rompió mi alma como cristal herido
Y me miro a los ojos
Y apretó mi mano
Me sonrió sereno
Y se marchó mi amigo.
- Rafael Blanco -