Cuanto nos gusta pensar en corto,
pareciera que en largo, es examen,
y, nos ahogarían a impuestos, mas,
¡no es verdad!, pensar no ha gravamen.
No gusta demasiado el largo discurso
tampoco el pausado y tendido,
será que tecnología, los sentidos invade.
¡Prueba a ejercitar explicación y oído!
¿Es la escuela?, ¿es la universidad?... bueno,
todo influye, las prisas no ayudan.
No se enseña a conversar paciente,
oyente, sonriente y consciente…, al contrario.
Seguro que el odio, al menos, tropezaba,
es posible que la codicia, temblara,
muy probable que ignorancia, esfumara,
Conclusión:
¡Si se enseñara bien, a leer
conversando mientras pensamos,
fracasarían los políticos!