Freddy Kalvo

Don Juan muriĆ³ triste...

 

Don Juan fue un gran obrero

querido y respetado

les construía viviendas

con sus callosas manos

levantando paredes

como buen artesano.

Se ganaba la vida

y siempre iba luchando

para dar a sus hijos

aquel sustento diario

pa´ que fueran a escuelas

que habían en el barrio

porque solo ocho días

estuvo él estudiando

aprendiendo a leer

solo en su silabario

siempre eso lo contaba

en su banco, sentado;

y con mucha jactancia

él los iba retando

a vecinos y amigos,

como universitarios

con su letra palmer

era muy refinado

porque él en el estudio

estuvo interesado.

Admiraban sus dotes

con su duro trabajo

y de su inteligencia

¡Pues ya no lo digamos!

Y sobrio era prudente,

todo un hombre sensato.

 

Don Juan estaba triste

y muy desconsolado.

Estaba pensativo...

estaba meditando,

aquel duro camino

que en vida le trazaron

las muchas circunstancias

con sus pasos cansados.

 

Don Juan estaba triste

en un rincón, parado;

en la lúgubre noche

con pensamiento arcano

y el corazón lloraba

las zumbas repicaron

como una despedida

con lágrima en sus manos.

 

Su vida fue terrible

pero era enamorado

porque fue su destino

como cualquier hispano

que vive solitario

que camina añorando

mirar la luz del día

aunque llegue su ocaso.

 

Y Don Juan murió triste

frente a su humilde rancho

una noche de copas...

noche era, de verano;

y nadie escuchó nada

aunque fue apuñalado

por manos asesinas

de este mundo pagano

que esconde la verdad

por temor al malvado

y al final, con tristezas

y flores en un ramo

fue llevado a su tumba

y el cuerpo sepultado

en tarde calurosa,

las lágrimas regaron

paso a paso el camino,

hacia aquel camposanto

donde al fin terminó

su triste y cruel calvario.