Los muertos no vuelven a visitarnos,
Ni siquiera en sueños.
Éstos sólo son el gran deseo que tenemos
Por verlos de nuevo.
Ahora que me vaya, te cierto ésto,
Jamás he de volver a verte o tú a mí.
Mis recuerdos serán el rastro que dejé.
Sin embargo no habrá más.
Mi cuerpo será un cuenco vacío.
Mi esencia se habrá desvanecido.
Si deseas escuchar mi voz, guárdala en tu mente o mejor aún, guarda el audio que con más cariño envíe o aquél en el que dije sin tapujos lo que pensé.
No habrán encuentros furtivos a la luz de la luna, eso no es cierto.
Si te digo adiós, no te quedes con ello, es lo peor.
Queda rememorando lo bueno y malo que hicimos, las veces que me caí y reímos, aquellas tantas veces en que llorando manche tu hombro o pierna, cuando dormida no acabe de ver la película, o si me viste tomada haciendo las locuras propias de mi, recuerda como me engrifaba ante el más mínimo incentivo y como después me desmoronaba por haberme molestado a tal grado.
Esos sucesos pasados son los que quedarán de mi y te aseguro que paulatinamente os iras olvidando hasta perderlos por completo.
Hasta que mi recuerdo sea un vago momento fugaz y mi rostro, voz, tacto, espacio ya no duela ni haga falta más
Por qué los muertos no volvemos del lugar al que vamos, si es que acaso hay un lugar.
Tan sólo nos vamos y ya.
Nadmoon