ella era la rosa, y el, el rocio;
ella florecia hermosa al amanecer del estio.
el la acariciaba con fresca dulzura;
ella se dejaba como recibiendo ternura.
el ruiseñor que desde un arbol los contemplaba,
con su canto de angel les alababa.
la brisa ruisueña tambien susurraba,
el amor de la rosa y del rocio, toda una magia.
mas, el sol arpio ardiendo de envidia,
dejo al rocio sumido en una pena infinita.
la rosa, su amada para siempre se marchito,
si hasta palomas blancas, gimen su dolor.
el sol tan cobarde detras de su cortinaje de nubes se oculto,
para no ver su hecho infame que al rocio hirio.
sin la rosa en el rosal el jardin sera mas gris,
y el pobre rocio sera inmensamente infeliz.