Son incontables los pasos
como imborrables las vías
sobre el piso sin luceros,
bajo el farol que ilumina.
La luz pendiente enaltece,
los años cuando titilan
y sus destellos me traen,
los recuerdos a la ermita.
Tú la cuna de mi senda,
tú la ruta que me guía,
eres letargo que llora
por quien me diera la vida.
Así voy por los caminos,
vestido en melancolía
y limpiando tus recuerdos
quiero hincarme de rodillas.