Le doy gracias a la vida
por los años que he vivido
por las cosas que he sufrido
y por el agua llovida.
Porque no hay dolor que impida
caminar por el camino
en busca de mi destino
porque vivir es hermoso
que es misterio bondadoso
aunque sea un peregrino.
Pero Dios ha sido bueno
con mi largo trajinar
con mi largo batallar
por su amor tan puro y pleno.
Hoy me siento muy sereno
y un año más celebrando
la vida, que caminando,
siempre se va envejeciendo
pero siempre voy diciendo
¡Hay que continuar luchando!
Le doy gracias a la flor
que crece por las veredas
en medio de las salcedas
brillando con su color.
Eso bello, es un amor
que penetra en mi retina
con natura, medicina
que viaja directo al alma
que mi vida pone en calma
y mirarlas me fascina.
Le doy gracias a los frutos
que la vida me ha entregado
porque siempre los he amado
con todos sus atributos.
Me bastan pocos minutos
para sentirme dichoso
de mis frutos que amoroso
he cobijado en mis manos
son mis hijos, mis hermanos
y a la familia que endoso.
Le doy gracias al amor
que me dio siempre mi madre
y a mi recordado padre
que sufrieron su dolor.
Para ellos, doy una flor
hasta su sepulcro santo
les extraño tanto, tanto
y me siento entristecido
con mi sentir compungido
y mi corazón en llanto.
Doy gracias al buen amigo
que acompaña mi camino
con su sentir muy genuino
que alimenta como el trigo.
De eso también soy testigo
con mucho agradecimiento
que han estado en el momento
que más lo he necesitado
eso será compensado
por Dios y su fundamento