Si tu alma fuera un águila
volando junto a ti estaría,
yo en águila me convertía
y en el vuelo te atraparía.
***
Las densas lomas del Ávila
a recorrerlas te llevaría.
Así, las montañas y los valles.
Desde allí, tu poderío verías
y desde los altozanos la lejanía.
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Te haría un palacio en el cielo,
cerca del fin del mundo,
para que dominarás
todo lo que está a tu vera.
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Mi vida daría por cuidarte.
Y consagraría mi poderío
para mimarte y adorarte.
Tal como tú lo merecieras.
Todo ello, para poder amarte
sin que nadie allí nos viera.
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Y si alguien pretendiera,
con osadía, a ti dañarte;
ya en Águila convertida
y en tu palacio alojada;
traería para ti los guardianes
más valientes que existieran.
***
Te llenaría de mil regalos
que en la niñez anhelaste
y los más preciados presentes,
que en algún día tú deseaste.
***
Y ya pasados muchos años,
nadie podrá hacerte daño.
Allí, te continuaré cuidando
y te seguiré mimando,
más allá de tus quimeras.
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En ese trono de rocas
cerca del cielo y las estrellas
muchos reverenciarían
tus pisadas y tu estela…
***
Y hasta yo misma caería,
Mi amor, rendida ante
tus imborrables huellas;
cual una humilde doncella.
***
¡Si tu amor está expuesto,
cuídalo de un final funesto!