El limonero cargado meciase con el viento
y con sus brazos cansados dejo escuchar su lamento,
bajó su rama hasta el suelo dejando caer sus frutos
y en la herida de su leño mostró palidez de luto.
Ese árbol quejumbroso dió su negro suspiro
bajo un cielo tormentoso, mojado por el rocío.
Entre su muerto follaje, como los soles, sus frutos
resaltaban entre el ramaje como rindiendo atributo..
NB