Se requiere sin duda de aguerridas legiones
que protejan la tierra de pensares malvados,
amparando a los pobres animales cazados
por rufianes enfermos de malditas pasiones.
El encierro animal, les provoca lesiones
que les causan la muerte o los dejan postrados
al sufrir consecuencias de los actos desviados,
es forzoso tomar inmediatas acciones.
El futuro cercano se vislumbra sombrío,
tanto daño es causante de un enorme dolor
que doblega la mente temerosa del frío.
El planeta es endeble, de la vida un gestor,
protegerlo con fuerza con correcto albedrío
se convierte sin duda en un acto de amor.