DEPREDACIÒN.
Dos gotas de agua,
del cielo cayeron,
como dos lágrimas,
de mis ojos salieron.
El cielo lloraba,
por la tierra perdida
y mi alma lo hacía,
por lo que quedaba.
Tanta tierra inútil,
explotada inclemente,
haciendo vano y fútil,
el sembradillo incipiente.
El río ha menguado,
por la deforestación,
el manantial ha secado,
por estúpida obcecación
Todo árbol se tala,
por maldito dinero,
a la buena o la mala,
el abuso extranjero.
Miremos nuestro Petén,
con preciosas maderas,
entre codicias extranjeras,
se pierden también.
Maldita depredación,
de mano extranjera,
por la cobarde protección,
del ejército que no llega.
Quisiera proteger tus fueros,
por tu diversa fauna y flora,
por el mono, jaguar y tigrillo
O el casi extinto perico ligero.
Que sin bosque ni selva,
se han vuelto rastreros.
También la danta desespera,
sin sus humedales sedienta,
pronto será una quimera,..
Otra especie más extinta.
El altiplano y Verapaces,
de pinos altos, olorosos,
el maderero y sus secuaces,
los tienen ya hechos trozos.
Y en nuestra franja costera,
se ha perdido bosque y pasto,
por la explotación azucarera,
contaminando río y su rivera.
¡Qué nefasto!
Ya no sé si será indiferencia
o vulgar y réproba corrupción,
de gobiernos sin conciencia,
enemigos de nuestra nación.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Abril 8 del 2020.