Ben-.

Ausencia-.

Voy tirando trozos de mí

por los suelos, por los baños

públicos, por los terraplenes,

ciego, oscuro, lleno de ignorancia

viva. Me entierro y me sepulto

tres mil veces al día, aún así.

Y sé que lloro por nada, por nadie,

por la blancura de un nuevo día.

Por la ausencia que calienta

mi almohada, y le da vida.

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