¡Que grande es el amor!;
cuando es sincero, lo que se
ha amado, siempre perdura,
aún, cuando maduran
nuestras vidas.
Hoy, hoy hablé contigo; y, al
oír tu voz, fue tan grande la
emoción… ¡Ay! ¡Qué
emoción! ¿Cómo?, ¿cómo
he podido contenerme de
gritar que aún te quiero
como la primera vez
que, en un beso, sellamos
nuestro amor?
¿Qué diera yo por saber lo
que has pensado?... Si aún
vive, tu amor,
y sin rencores, dame el
perdón de este error que
separó nuestras vidas.
PABEDIZ…
JM.