Si la vida se te pone dura...Ráyala. (Alejandro Díaz)
Un asno andaba con su lomo doblado por la carga que llevaba, y detuvo su camino para descansar un rato. En eso vio que venía un asno viejo, igualmente cargado; lo miró con picardía y le dijo:
- Amigo usted ya está viejo y sigue trabajando, y seguramente lo hará hasta que muera. ¿Podría ayudarme a llevar parte de mi carga, para yo descansar un rato?…Al fin y al cabo ya usted está viejo y si muere por el esfuerzo, al menos ya usted vivió.
Y el viejo asno lo miró con pena, una inmensa rabia y una gran tristeza, y le dijo:
- Pon sobre mi lomo toda la carga que llevas, y quédate allí, que aquel joven pollino que viene atrás, trae la inmensa carga que me quitó para aligerar la mía, dile que la ponga en tu lomo para que la lleves tú mientras él pueda descansar un rato; al fin y al cabo tu eres mayor que él y si mueres en el esfuerzo al menos ya viviste.
Y el valiente pollino, al llegar ante los dos asnos, sin saber de que hablaban, siguió su camino con su pesada carga, sin ser ayudado por el pícaro asno.
Muchos adultos a veces nos dejan perplejos, ignoran a los pequeños y se burlan de los viejos.