Conocerte y no olvidarte,
Con devoción y apego,
De un momento fortuito y ciego,
Con intrepidez de sólo tocarte...
Sin estar presente,
Vivo el día con un destello de tu mente,
Ahí me aflige lo que a la marea,
Le hace a la luna su movimiento de alcea.
Querer cortar el capricho,
O levantarme sólo, con frío;
Viendo a cada paso tu estilo,
Es renacer de un lugar sombrío.
Todo pasa y se siente permanente,
El sigiloso viento que adormece,
Crea la conexión, que no es coincidencia,
Sino un brillo de pura vehemencia.
Cae el sol, siempre excitante,
Trémulas que van y vienen sin derroche,
Siempre inquieto al verte distante;
Imaginando que estoy contigo de noche...
Un abrazo, sin tiempo...
Termina lo perenne,
Y surge mi momento,
Tiendo mi mano sin mellar,
Para dar un abrazo de noche...lento.