Cuando las goteras caen incesantes en el amplio silencio de la casa, entre estos dulces, te recuerdo.
Te llamo con los pensamientos que abundan en mi mente, de tu presencia que permanece y no cesa ¿Serán estas palabras suficientes para abundar un pequeño placer en lo grande de su corazón?
Te recuerdo.
No importa si vives entre las paredes de mi mente, estoy dispuesta a mantenerte ya sea con pan y agua pero quédate. Si aquí estas, hasta el silencio es hermoso, nada incómodo, precioso. Que pueda olvidar las estrellas inmóviles por la noche pero jamás tu nombre.