Francisco 1987

La ciudad que duerme 4 horas

Siento celos de todas las mujeres y ninguna a la vez, 

la sonrisa gay de Jesucristo

polémica de la muerte que no avisa

creaciones mentales abstractas

símbolos, semiótica, sueños

lavar los platos luego de almorzar

escucho a Bethoveen, Mozart y Paganini a menudo

la paz del alma es importante en estos tiempos,

salgo a caminar luego de terminar de dibujar y escribir

mis amigos me esperan en la ciudad que duerme cuatro horas

quisiera ser más hermoso, más seguro, más espontáneo, más calmado,

menos depresivo, menos trágico

ultimamente

las formas arreboladas de la imaginación se ciernen delicadas en el orfebre de la mente creadora

los detalles de las telas aciagas se extienden ecuménicas a lo largo de la vida, ilusión imposible

la voz de los desposeídos se filtra por los sub-suelos de las granjas y las ciudades y los matorrales y las playas

haciendo el milagro del agua divina