Mis pensamientos
libres como el viento,
sienten el anhelo de
conocer tus senderos,
recorriendo como ave
en busca de la luna
la brújula debajo de tu cintura.
En este invierno
el cual soy dueño,
deseo ser parte de la historia
narrada por tus sueños.
En donde la incitación
de camino a la excitación,
adecuándonos a esos
momentos incontrolables
e indomables, que ni los mares
con sus oleajes espumantes,
tendrán ese carácter dominante,
ante las ganas que tengo de amarte.
Tal vez, sean mis pensamientos
los que demuestren mi invierno,
pero mis dedos serán
las hienas que devoraran tu cuerpo,
mientra tenga fuerza
en mi aliento, de ti estaré sediento.
Entre palabras ¡Te digo!..
no llenes tu cuerpo de frío,
Ya que el tiempo es eterno,
y vosotros!, solo somos parte
de su Lucero.
¡No somos perpetuos!
H.C.