La gran fatiga de la persecusión,
un sueño errante en la dimensión,
conocidos como enfermos divinos,
olvidados por la ley sagrada,
arma en el alma y penas andando,
sin pena, ni remordimiento.
¡Que feliz me siento!
la presa llorando de sufrimiento,
llamados Angeles caídos,
olvidados por la misericordia,
con el perdón no lo condenan.
Una mente al demente celestial,
sus almas atacandos sin piedad.
Frío corazón del Angel olvidado,
un instinto activo para dejar al olvido,
piedad sin remordimiento.
En la calle me llaman asesino,
en la condena mi penitencia cargo,
me tienen miedo al mirarme,
miedo debería sentir del cobarde,
pues caí en el atrevimiento.
Alma sin perpetuar el remordimiento,
dentro de la afán de mi dolor interno.
camino por el destino sin llanto,
mis pecados al cielo y Gloria.
Llanto el difunto por su sufrimiento,
llorando al dolor del alma perdida,
mientras el autor fingiendo,
una pasión por instinto.
autor: Candi flores
D.R.