No me llamen ni fijen con la vista
si esperas de vuelta una sonrisa
no soy tu consejero el optimista
y quizá si el que salte de la cornisa.
No llames de madrugada dama
que duermo con las ventanas
abiertas del balcón junto a la cama
y con dos botellas destapadas.
No me llamen pesimista
cuando no sientes una brisa
y no escuchas al violinista
lamentarse como solista.
No me llamen cruel fatalista
cuando solo soy un realista
si, la vida no es tan bonita
como dicen los guionistas.
Veo más con la luz apagada
que tú con la cara destapada
no soy cruel pese lo que dicen
pero no mentiré, aunque lo necesiten.