Los muertos de cristo - corazón indomable
Por allí viene Durruti sin carroza y sin dinero,
todo el mundo le saluda, campesino y jornalero.
Por allí viene Durruti con las tablas de Noe,
pá que sepan los obreros que no hay patria, dios ni rey.
Yo contemplé la belleza
en soledad y penumbra,
donde la voz ya se herrumbra,
sin el pan de la riqueza.
Donde no existe certeza,
y a no comer se acostumbra,
donde el saber se vislumbra
en los barrios de pobreza.
Hoy mi vista pertenece,
a este sueño sin codicia,
que en mi mente prevalece.
A este viento de justicia
que de los pobres procede,
cual la mano que acaricia.
No pierdas la rebeldía,
por llegar al sueño propio,
la avaricia le es impropio
al humilde en cada día.