Era una voz que dolía
pero que enseñaba y descubría
su timbre cuando se oía
la mudez que escuchaba.
Paraísos, no tenía;
Purgatorios no mostraba;
Limbos sí, porque decía
que los sentía
pesados por cobardía
en la tierra que moraba.
Aquella voz en este mundo vivía.
en nuestro pozo profundo,
ella moraba.