¿Has oído lo que dicen de ti? Ojalá y no tuvieras que hacerlo.
Es como si lloviera fuego directo del infierno, queriendo quemarte. Sin piedad.
Es increíble como unas simples palabras pueden dañar la vida de uno. Tu vida está en riesgo.
Te culpan de algo que no hiciste. Eres un mártir más en una lucha que no te correspondía.
Estás en un desierto, acorralado por una tormenta de arena.
Estás a punto de ser engullido por cuervos descerebrados.
¿Qué es lo que harás?
Parecen no responder a las palabras, apegados a ideales corruptos.
Sólo quieren ver sufrir a inocentes y hacerlos pasar por victimarios.
Quieren hundirte hasta el fondo y volverte loco.
Ellos son los enfermos aquí, tú sólo eres su muñeco de prueba.
El hecho de que no te guste algo significa que te odiarán.
Te odiarán con tanto fervor como si esa fuese una religión.
Sólo porque no compartes lo mismo que ellos te van a declarar guerra.
Quieren que seas igual y tomes de la misma fuente.
Para ellos no eres humano, es más, ni existes. Si no eres como ellos, no eres nadie, triste realidad.
Qué irónico, por no ser como la mayoría te quieren linchar. Piensan que estás enfermo y que lastimaste a alguien, que le arrebataste su vida, su preciada vida.
¿Cómo es que eso llegó a pasar? ¿Por qué nadie puede creerte?
Tienen la verdad en el frente, pero deciden tomar por la derecha.
Desgraciados ignorantes, ¿Qué mal les ha hecho él?
¿Cuáles son sus planes? ¿Cambiar los roles acá para que ustedes salgan impunes?
¿Qué clase de circo es este? No quiero su mugrosa boleta para verlo, no puedo dejar que esto suceda.
Usen toda la fuerza si quieren, mi ira es más fuerte que eso.
Que Dios en el cielo me perdone por lo que pienso, pero nadie toma las decisiones correctas.
No dejaré que más inocentes sufran por su mano. Su nueva Roma está a punto de sucumbir.
Oigan atentos aquella trompeta.
Lo peor está por venir.