En una noche oscura con la luna menguada
dos almas se despiden mientras la vida sigue,
y en la ruta de nubes se extingue la mirada
ahogada de silencio que aún hoy me persigue.
Al evocarte mi pecho no palpita como antaño
ni mi piel encandece al recordar tu manos,
el semblante de tu rostro me lo imagino extraño
y hasta tus besos hoy los siento más lejanos.
No dejaré que el tiempo se duerma en la memoria
ni borre de mis noches tu escultural figura,
que ha sido fiel testigo de mis noches de gloria
en todos estos años donde el amor perdura.
Ya no quiero escribir mi musa se ha marchado
y con ella partieron mis grandes ilusiones,
la soledad me aturde pero la estoy domando
para dejar a un lado las inquietas prisiones.
Quiero seguir soñado con este amor bonito
trazar en el espejo las líneas de tu risa,
atrapar en un libro las letras que musito
y detener el tiempo aunque este lleve prisa.
María B Núñez