Ala de sueños que me interiorizan,
ala que se agita esparciendo el aire,
sombra de ese ala en mis rutinas,
sombra reservada para mí solido
cuando el sol está arriba y la luna velada.
Vuelve la ola de su remanso
en otras aguas, cae en mi alma
como un licor vivo llenándola de gracia
notoria por lo que añada a esa mezcla,
vuelve a mi alma la fuerza,
a mi pecho el coraje,
a mi razón el orgullo tras mucho viajar
aquí dentro...
Otra mañana sin verte
sintiéndome inane en la desazón del momento
que nace de estos ojos silentes,
que lloran de alegres, son las puertas a un templo
ya iluminándose...