Cuando a las siete quedamos,
en la misma fuente,
cruzando las mismas calles,
viendo la misma gente.
Cuando a las siete quedamos,
besos suaves en la mejilla,
tímidamente nos miramos,
esperando una sonrisa.
Cuando a las siete quedamos,
en el Otoño deshojado,
con la caída de la hoja,
esperando el invierno helado.
Cuando a las siete quedamos,
el chorro está congelado,
nuestros deseos caducos,
para expresar lo deseado.
Cuando a las siete quedamos,
la primavera ya ha llegado,
con sentimientos renovados,
sin retrasar, lo ya retrasado.
Cuando a las siete quedamos,
juntamos nuestras manos,
expresamos nuestros sentimientos,
con un beso largo.
Al fin, Cuando a las siete quedamos…..
José Antonio Artés