Cuando se muere un amigo,
sin duda, causa dolor;
mas si vivió con amor
su esencia queda contigo.
Si su amistad fue un abrigo
que supo darte calor;
su magnánimo fervor
de humanidad es testigo.
La muerte eterniza al hombre
cuando deja el gran legado
del corazón transparente.
Por eso, Amilcar, tu nombre
siempre tendremos guardado,
por ser de luz clara fuente.
Autor: Aníbal Rodríguez.