Carlos Rojas Sifuentes

DIVINIDAD

El mismo cielo impredecible. 

El mismo mar de perturbada serenidad. 

La misma nube viajera.

El viento que mueve los árboles.

La Luna en alguna parte.

Las estrellas en todas partes.

Y la ciudad que no se apaga

para quien se apropia de la palabra

y quiere forjar un poema

que lo acerque a la divinidad,

mientras en el llano los sueños navegan

intentando no hundirse en la realidad.