Señor,
Gracias y perdón.
Gracias por todo el amor que colocaste en mi vida,
perdón por no poder volcar en ella todo el amor que existe en mi interior.
Gracias por los pequeños detalles con los que demostraste que estabas conmigo,
perdón por no poder verlos con la fé que lo requerían.
Gracias porque siempre sentí una razón para seguir adelante,
perdón por todos aquellos que no la sentían y sin embargo abandoné.
Gracias porque me recordaste una y otra vez que la luz vence la oscuridad, perdón por las veces que empañe el brillo de los demás.
Gracias porque en medio del dolor y la enfermedad pude aún sentir tu inmensidad, perdón por todos esos momentos que olvidé tu palabra y no quise lo roto reparar.
Señor, gracias por levantarme cuando caí debilitado por la incertidumbre y el miedo,
perdón por no estar para los que cayeron junto a mi y a su lado no me vieron.
Señor, dos palabras brotan hoy de la prufundidad de mi alma, recibelas con amor,
gracias...y perdón.