Mi cariño embelesado
fue arrastrando sus pisadas
hasta enfrente de esta casa,
mi cansancio se arrimó hasta la entrada,
el farol de su umbral
se siente triste y desolado,
su crepúsculo en penumbra
pareciera que protege…
y hasta inspira,
es testigo de una historia diferente,
de una fábula encantada…
un raudal de contenidos remendados,
es testigo del amor que ahí vivía…
atrapado y espontáneo,
un amor como de cuento...
con el brillo de la hoguera…acogedora,
con la intacta sencillez de sus principios.
Una casa con el alma de sus dueños…
generosa y confortable,
cimentada en el afecto,
protegida por soldados de ternura,
cariñosa en sus adentros,
liberada en sus jardines habituales…
de belleza natural por todas partes.
Ahí nació la devoción entre ilusiones satinadas…
las lejanas ocurrencias…
y un sinfín de travesuras inventoras,
ahí vivió la algarabía…
y la nostalgia de mi infancia…
escondida en los rincones de su extensa perspectiva…
en la campiña…
en la morada,
ajustada a la carencia…
exuberante en el tesoro substancial de su razón elemental…la de su esencia.
Hoy sus viejas estructuras ya agotadas…
orgullosas se sostienen fatigadas,
su mirada timorata en sus ventanas…
ha observado desde ahí…
las estampas indiscretas de su entorno desvalido,
desde allí ha contemplado muchas veces el paisaje desolado…
hoy carente de fragancias…
contagiado de volúmenes extraños…
que irrumpieron sin permiso el gran ejido…
propiedad de mi pasado.
Un silencio enrarecido se propaga,
se hace cómplice y culpable…
de esta crónica apagada…de lamentos desconfiados…
que susurran sus verdades,
realidades excluidas…
en el álbum del olvido…
arraigado en mi conciencia.
Aún se siente en los ambientes
una mágica experiencia,
las paredes se hacen fuertes,
los pilares engreídos de su aguante riguroso,
los colores desmayados la cortejan,
y sus pisos siguen firmes a la cruel encrucijada que soporta,
los espacios coherentes…
de un confort improvisado…
suficientemente simple,
justo y propio al candor familiar que se aloja en sus vestigios.
Fue esa casa nuestro encuentro más veraz y más humano,
La experiencia más piadosa y evidente.
Todo estaba en su lugar…
y sigue allá como hace tiempo,
no ha cambiado en lo profundo,
siguen vivos los recuerdos en los sitios más agudos,
en los muebles con aroma a roble viejo…
y en la extraña calidez de su sosiego,
sigue aquí entre suspiros mi sonrisa entumecida,
los antiguos accesorios de esos años misteriosos…
con olor a juguete y marioneta…
a trompeta y tambor para el desfile,
ahí están sigilosas mis memorias…
abandonadas,
añoradas y guardadas en el fondo de mi insípida existencia.
Esta casa fue escenario de mi vieja realidad…que hoy anda lerda…
que hoy deambulando entre la burda falsedad de la abundancia y la elegancia,
esclavizando a mi destino…
y obligándome a vivir en un supuesto de mentiras…sin reencuentros.
Esta casa sacudida por el tiempo,
con su espíritu indomable…
embrujó mis emociones nuevamente,
cautivando mis sentidos otra vez…
con su gracia inexplicable.