Un soliloquio hablando:
Amé tu rostro, amé tu cabello,
tus blusas, tus playeras,
tu vestir nocturno.
En cuanto al mundo,
lo abandoné todo, los amigos.
Y ahora te has ido y ahora te has ido.
¿Quién engañó a quién?
¿Quién culpó a quién?
¿Quién rompió un corazón y lo hizo nuevo?
Amé tus humores, amé la manera
en que amenazabas cada día.
Tu belleza me gobernaba,
aunque sabía que era más hormonal
que la vista.
Amé, amor, amarte.
Y ahora te has ido y ahora te has ido.