Llega y me viene, a veces, sutilmente, fuertemente
la necesidad de esperarte cada día
excepto en viernes,
excepto cuando más me tiente.
Llega y me viene, a veces, sutilmente, fuertemente,
las ganas de querer quererte
cuando menos te soportes,
cuando menos te acerques.
Llega y me viene, a veces, sutilmente, fuertemente
la idea de retratarte siempre,
apreciar lo que de alguna forma me mantiene
y me deja morir como en diciembre.
Llega y me viene, a veces, sutilmente, fuertemente,
el sentimiento de remordimiento
cada vez que me miento
gritando al viento que no te fuiste
que no huiste, que aún me quieres.
Llega y me viene, a veces, sutilmente, fuertemente,
las ganas de querer olvidarte
dejar de pensarte, dejar de recordarte,
tan imposible, dime como no amarte
aunque cada segundo dueles.