El agua cantaba
su sueño de amores
mojando la costa,
los peces, las flores,
los patos silvestres
de plumas jaspeadas
y alguna gaviota
buscando comida
con gritos de hambre
en tardes cansadas.
El agua reía
cuando me mandaba
mensajes sublimes
que se deshacían
besando mi frente
y me despertaban
gritando más fuerte
cuando la corriente
más tenue se hacía.