Louis era un joven americano que sólo quería enamorar a Emily con sus ínfulas de Don Juan. Louis sólo quería dos cosas en su maldita, pero, certera vida, desgraciar a Emily y a Elizabeth como su verdadero amor. Cuando Louis sólo desea desgraciar a Emily y la conoce en la discoteca, pues, ella es asidua al lugar y más que los viernes asiste más que lo inusual. Cuando en el tiempo sólo pasó y no en vano, cuando el amor sólo quería ser como la rosa esplendorosa, y con Louis, sólo le faltaba el amor, el cual, nunca él, Louis le ofreció a Emily sólo en una cruel mentira que vendría luego. Cuando en la mañana sólo Emily pensaba en Louis, cuando en su cometido de saber que el amor había llegado a ella, sólo le corrían maripositas en el estómago a Emily. Cuando en su esencia y en su presencia sólo se llenó de amor y de pasión de la buena sin soportar el odio o el rencor en el camino frío, pero, no, era amor y tendencialmente inocuo, hasta aquel momento. Louis sólo quería enamorar a Emily cuando su venganza fue más allá de la verdad destrozando su vida y con un aciago porvenir y tan incierto, sólo la dejó maltrecha, desolada y con un embarazo no deseado. Esa mañana después de asistir sin ausencia a la discoteca se vió aterrada, maltrecha y en una cruel soledad. Cuando su rumbo y dirección se debió de creer en la mala noche que había tenido la noche anterior con Louis sin apenas conocer. Cuando, de repente, se vió horrorizada de espantos nocturnos y de una soledad tan fría como el haber sido un pasado en un corto tiempo como lo fue de un día a otro. Cuando Emily tomó una sola ausencia en debate y por emanar lejos del tiempo, cuando él, Louis se marchó lejos después de esa noche llena de amor y de pasiones buenas sobre la cama en su departamento, dejando estéril el corazón e inocuo de tanto daño con más daño. Louis, sólo quería ver el universo de luz, brillando en el cielo universal con la luz de las mismas estrellas en el mismo universo. Y Louis, sintiendo poder caer en el frío y en el ademán tan álgido cuando su vida y la vida calló en vano lo que quería callar. Cuando el artefacto del corazón dando latidos, sólo ella sentía amor y pasión de la buena por ése hombre que apenas ella conocía luego de un embate y por consiguiente, amó por ser realmente la dichosa mujer en que sólo amó verdaderamente a ése hombre que no conocía muy bien, pero, que se había entregado a él, a Louis, en cuerpo y alma. Y Emily, una inocente mujer que se debatía entre la risa y la felicidad, se le agrió su vida desgraciadamente, cuando amó y se entregó a ése hombre calladamente e inconscientemente sin saber que le desgració la vida en un sólo momento cuando se amaron intensamente en el departamento de ella, de Emily.
Y Emily una sensacional mujer, pero, con un temor en su interior tan adyacente como la penuria en el mismo dolor en que ella vivía. Y Louis solo siendo un vil desgraciado que desgració con un aciago amor a Emily, sólo se llevó una vil sorpresa en creer en el amor importante, pero, con un dolor perenne y tan inconsecuente como el mismo sufrir. Si mientras Emily vá y venía en su trayecto efímero, pero, tan largo como el mismo imperio a largo plazo, se debate entre la espera y tan inesperada como el mismo tiempo. Si Emily, vá y venía hacia su departamento, pues, en la espera y tan inesperada, se tornó más inesperado todo por su próximo período para ver si ése desgraciado del tal Louis, no la había desgraciado a mayor circunstancias y consecuencias. Louis se aferró al deseo en desgraciar la vida a Emily, pues, su forma de amar no era la correcta cuando el infortunio llegó después, quedando embarazada Emily de Louis, si fue mayor la desgracia. Si quedó como si fuera un Don Juan y un total desenfreno de un amor casi imposible de realizar. Cuando Emily se dió de cuenta de que estaba embarazada no supo lidiar con tal noticia. Si la noticia le cayó como bomba sin estallar, pues, su alma y su corazón se debate en una sola espera, de esperar por su hijo de que naciera y sano. Y Emily sin saber del panadero de Louis. Cuando su forma de actuar y de ver la vida se formó adecuadamente la mala esencia de Emily, sucumbiendo en una sola presencia y tan desesperada cuando su embarazo crecía normal. Si Louis se debate en una mala separación sin saber del panadero de él, cuando Louis se fue y se marchó lejos dejando desgraciada a Emily. Si él, Louis, amaba con todo su esfuerzo y su corazón a Elizabeth, cuando el imperio soslayando en el tiempo, sólo se edificó su forma de creer en el amor y en el amor verdadero. Cuando en el tiempo, si sólo en el amor de Louis hacia Elizabeth, se vé y se cree en el amor y tan real como el mismo imperio del dolor adyacente cuando se aferró el deseo y la pasión dentro de sí. Cuando en el aire socavó muy dentro desde las afueras del mismo deseo en que se fue Louis a amar a Elizabeth. Cuando en la falta del amor y del capricho sexual entre Louis y Emily por desgraciar a Emily, se vió aterrada la forma de ser esclava de la oscura soledad cuando se quedó sola. Si Emily, sólo imaginaba y pensaba en la desgracia que le hizo Louis, esa noche, sólo fue esa noche, cuando su acuartelado cuerpo se entregó en cuerpo y alma a Louis, pero, sólo fue un grave error. Cuando su manera de amar se fue de la vida, y de la buena suerte, cuando su esencia y su presencia se dió como todo el bien y todo el mal destrozando la verdad de que había sido desgraciada. Y por un dolor inconsecuente se debió de creer en la forma de ver el cielo de gris tempestad. Cuando su presencia y su manera de obtener la fórmula del amor llegó la locura con en el embarazo. Cuando su mala esencia se perfiló en una verdad tan dolorosa, cuando en su presencia fue ese mal embarazo y que le dejó desgraciada la vida a Emily. Y Emily buscando el panadero de Louis, sólo se llevó su creencia en saber que su delirio frío era el de saber que su hijo no tendría un padre jamás. Cuando en el imperio de sus ojos se vé embarazada y sola, en una terrible soledad buscando a Louis, para decirle de que estaba embarazada de su hijo. Cuando en el mal desenlace final de un todo, se debió de creer en el silencio automatizado en saber que el final llegó con la terrible y osada soledad, buscando una suerte, la cual, no llegó jamás ni nunca. Y Emily, sólo Emily, sólo quería ver el crudo final con un buen final, al que se dedicó la buena voluntad de Emily, al buscar a su amor Louis. Si Emily, aunque apenas lo conocía creyó que era su amor verdadero. Cuando Louis electrizó su forma de amar, pero, con Elizabeth, un amor tan real como tan cierto y tan certero como el mismo cielo. Cuando en el trance vivido de todo ese amor se debió de amar y de amarrar lo acontecido, cuando su forma adyacente de ver el fuego que anhelaba en su débil relación en vez de creer en el desierto autónomo de sentir el silencio como lo delirante del ardor de ese fuego clandestino en que creyó sentir el calor en su piel, queriendo amar nuevamente, pero, a Louis. Si Emily, se fue de rumbo incierto, de una forma y de una manera de creer en el amor a toda costa. Cuando se dió el clandestino frío de sentir en la piel, cuando en su forma de ver el cielo se electrizó su paciencia en impaciente ausencia, cuando en el delirio delirante de ese fuego sólo lo sintió aquella noche, cuando se amó deliberadamente. Y se amó intensamente y se dió el frío en el alma, buscando una salida de ese amor intenso, el cual, se dió la forma de ver el siglo de oro, cuando se amó inconscientemente, si con el amor a cuestas se dió una forma atrayente de ver el cielo sin nubes grises, cuando su amor se entregó al calor delirante de ese fuego clandestino en que sólo se dió la fuerza en querer amarse fuertemente. Cuando su forma de amar se debió a que el silencio automatizó la espera de creer en el imperio soslayando un temor incierto en esa relación en que quedó en nada. Cuando el alma de Emily ofreció lo más imprudente de amar la más fuerte fuerza en querer amar con el corazón sintiendo el coraje en el corazón y con la misma razón, cuando llegó la locura de creer en el amor a ciegas y a primera vista de esa noche en que se amó intensamente entre Emily y Louis. Cuando en el trance vivido se identificó la manera más correcta de amar sin vanguardias ni exageraciones inconclusas de un sólo atrevimiento efímero. Si falló en la forma de ver el ocaso frío cuando en el intento de amar quedó frío en el trance y de una mala vivencia, como lo fue amar después de la aventura que se tornó en una cruel y triste desventura.
Y ella Emily, sólo ella, se sintió débil triste y con esa herida y tanto sufrir, pero, en el alma más pura y más inocente que nunca, cuando su alma petrificó y perforó el dolor en camisas tan extrañas de ir y venir en el mismo embate de la vida misma, porque aunque ella no lo creía la vida continua. Si en el ánimo correcto e incorrecto se debía de venir en el tiempo, cuando en el ocaso frío se llenó de iras y de insospechada furia por haber permitido algo así. Y en el desastre de creer en el único trance por un mal vivir, se dió lo efímero y más real de ver el cielo como un hielo congelado, el cual, se debate entre risas y llantos en la vida misma. Si Emily quiso ser como el ave rapaz volar muy alto dejando caer a su presa en sus ponzoñas, sabiendo de que era presa y no ave rapaz. Cuando en el único trance se vió atormentada y con una mala esencia en que advirtió el sufrir marcando un frío y con un aciago amor como el resultado era y es para siempre la maldita soledad. La soledad era el suburbio autónomo de creer en el trance vivido de creer en el desierto mágico en saber que el deseo era el primor entre dos cosas o más, cuando en el alma se debió de creer en el hábil, pero, débil corazón, si ella Emily entregó cuerpo y alma a ése hombre que apenas lo conocía cuando en la locura se dió como toda razón ya perdida. Y llegó la sola soledad cuando su instinto cambió a tan distinto, a una coraza en el propio corazón. Si su esencia y su mágica salvación se dió como pasaje de un mal vivido, cuando en el universo vió a las estrellas en eterna soledad, cuando en el suburbio de lo automatizado se entregó el mismo instinto en que ella, Emily, había cambiado su rumbo. Si ella Emily, cayó de rodillas pidiendo perdón a la vida, pero, ¿qué perdón?, ¿y qué fría tentación?, ¿qué mala situación?, cuando en el albergue de todo lo cometido, se abrigó con el abrigo de la buena suerte, cuando su rumbo cayó de rodillas, cuando su instinto dejó caer el frío en la sola soledad. Si en el desaire se automatizó la espera de saber que la sola soledad le llenaba el corazón de tiempo y de un silencio perenne y tan delicado como el saber de una sola perpetuidad. Cuando en el embate de saber que el deseo se vió automatizando la espera y tan inesperada, si el rumbo se dió como el ir y venir de un sólo tiempo, en que la soledad había penetrado con silencio hasta hacer una terrible desolación en su corta vida, pero, tan largo el dolor en su propia alma. Si, Emily, sólo se vió con miedo y pavor, por haber entregado cuerpo y alma y corazón a ése hombre, el cual, apenas conocía, cuando su rumbo y su acometido se vió inalterado de tal forma en que se dió como la forma más adyacente y de un penuria del alma en sola soledad. Cuando su forma y su plenitud se dió como el frío más raro en la piel si desde que el silencio se vió inalterado se dió la forma más cruel de una desavenencia persistente. Cuando se ofreció lo más ingrato de un sólo tormento, cuando en el ocaso frío llegó y para siempre y junto a la noche sin prisa y con brisa seca y tan álgida como el mismo hielo frío de un refrigerador. Condensando la forma más vil de ver el cielo con una tormenta tan débil y tan triste como el haber sido con un terrible aguacero, la forma más cruel de ver el cielo mágico de una gris tormenta. Si en su forma de atraer el combate de ver el cielo de una tormenta efímera, pero, y tan fría como el mismo tormento, cuando su esencia fue como la presencia en que se debate una sola espera en esperar por el tiempo adecuado y sin aguaceros fuertes como el de creer en el mismo frío. Cuando en el embate de pelear en la soledad a tan temprana edad, si a sus veintidós años era una vida y tan corta para jugar con la triste soledad. Cuando su esencia y más que eso su presencia se debía a una vil ausencia en que se esperaba un cometido o un cruel suicidio, pero, ninguna de las dos se dió. Cuando en el desenlace final de todo, se fue por un rumbo cercano sin debatir la espera de esperar por esa prueba de embarazo, para saber si ella estaba embarazada o no. Cuando en el mismo trance se debió de entregar en cuerpo y alma, a la esencia y al mal combate de entrever la razón, y tan perdida dentro del coraje vivido. Cuando en la oscuridad se sintió lo más suave de todo, cuando ardió en lo más raro del tiempo, cuando en el ocaso frío se sintió como el suave delirio y tan frío como el hielo álgido, si se sintió suavemente entre la misma piel, destrozando el corazón en un sólo instinto. Si Emily se fue del mundo buscando un desacuerdo entre el reflejo de todo cuando en el embate ofreció la misma fuerza en extraer la misma candidez dentro del mismo corazón. Cuando en el desenlace ofreció como el abrir y cerrar un sólo corazón como el miedo que da o el pavor que se siente cuando se da por vivir y más sin contemplaciones inocuas. Cuando en el combate ofreció como la misma alma de entrever el reflejo del sol como la luz universal de un todo. Cuando en el abrir el cerrojo del corazón se dedicó en ser como el mismo instante en que se dedicó el ser a vivir sin contemplaciones. Cuando en el alma ofreció como el mismo paisaje vivido y en el alma una desolación en esta terrible soledad, cuando la fiebre en el cuerpo enalteció como el mismo final. Y delicadamente si la fuerza era demasiada como no poder ser como la misma fortaleza en abrir y cerrar el cometido en saber el desafío inerte. Cuando si se sintió delicadamente inerte y con un frío en la piel, destruyendo el aciago amor y llegando una terrible soledad a su pobre vida. Si era ella Emily, la que quedó embarazada después de un sólo desliz de un idilio mal versado entre la desgracia que le había dejado cuando en el embate de creer en el amor, sólo fue pasión y con un inerte corazón. Cuando la desgraciada vida se dió como el más vil tormento de creer en la posibilidad de ver el cielo de azul cuando era de tormenta y de una cruel tempestad. Si el aciago amor fue tan funesto y tan desgraciado como el mismo final desenlace de no saber el panadero de Louis. Si Louis amaba intensamente a Elizabeth y no era su delirio frío sino su amor inconscientemente y por desfallecer en el mal acto. Si Louis, quedó sin ser abatido, ni herido en el mal comienzo desgraciado a la vida de Emily. Si Emily, se dedicó en cuerpo y alma, a lo que más se dedicó en ser como el mismo embate de la vida misma, cuando en el reflejo se dedicó en cuerpo y alma, cuando en el alma fingió lo que más se dió cuando en el alma se petrificó dejando una estela de sensaciones frías. Si en el alma destrozando la vida se dedicó en suave delirio automatizando lo inesperado de un sólo todo cuando se intensificó más la ciencia o la química desnudando el embate de creer en el mismo delirio automatizando la sola espera de ese cruel amor en que la desgració Louis. Cuando sólo fue un tormento frío, un aciago amor por donde la funesta pasión se dió como el mismo tormento en que llegó la sola soledad, sí, en el alma de Emily. Si Emily, quedó desgraciada, funesta y con un mal final entre su alma y su pobre corazón, cuando en el combate del embate de creer en la vida un suburbio automatizado en esperar el tormento de creer en el mal desaire, cuando en su tormento se dedicó en cuerpo y alma a ser como la misma manera de ver el sol en el cielo sin ser el día cuando llega la noche fría a sentir en el mal trance la manera de ver el cielo con lluvia. Cuando ella quedó en un mal delirio delirante de creer en el impetuoso instante en que se dió lo más inerte del momento, cuando en el ocaso frío llegó como el aciago amor y como la triste soledad que le embargó a ella misma. Cuando en su amor y su clandestinaje delirio y tan frío hechizó la forma más cruel de ver el cielo con el sol cuando la pócima era la lluvia que mojaba en el trance del mal y del putrefacto porvenir sin amor y en una eterna soledad que le llamó en ser como la más inocente de las mujeres. Cuando en el percance de creer en el combate de saber que el mismo instante se debía a que el silencio había llegado a su mal vivir. Cuando en intensificar lo que más sucedía en el alma más tenebrosa en saber que el deseo de amar se había ido y marchado tan lejos como el haber sido tan desgraciada. Si como el mismo mal final se dió la más fuerte fuerza en decaer la espera y tan inesperada de perder a la criatura por la mala tristeza que tenía en su propia alma. Si en su esencia y en su presencia se debate una sola espera en saber que el frío le irrumpe en su destino y más en su cruel camino. Cuando en el combate de creer en el desierto mágico se dió la más débil fortaleza en creer en el combate de pelear en el silencio automatizando la espera y tan inesperada. Si ella Emily, se halló en el hospital abortando la criatura que ella esperaba de Louis, cuando en el final desenlace se vió aterrada su forma de creer en la vida misma. Cuando en el suburbio de la creencia se vió aterrada a su forma de ver la vida y su mala presencia en saber que su estadía en el hospital terminaba y que regresaba a su verdadera existencia. Si en el rumbo y en la sola dirección en que viajó el tormento de saber que el desastre de ver el cielo de tormenta, cuando se dió el desastre de saber que el silencio amó a su dueña en esa triste soledad. Cuando en el embate de la creencia y en el suburbio de su pobre corazón, se dijo que la mala esperanza se alteró en el sólo corazón, cuando en la recuperación de su aborto se ofreció en un mal estado en perder a la vida. Si en el delirio delirante en poder creer en sus fuerzas inertes y tan inconsecuentes se debió de alterar su corazón en saber que más nunca podría en ser madre. Cuando su forma de amar quedó y para siempre en una total desgracia de ése tal Louis.
Continuará…………………………………………………………………………………………..