No puede el frágil cristal
esconder la tristeza de tu piel
ni cubrir de calor el frio de
tus pies
dormidos en la penumbra
al amparo de recuerdos.
Cambiaron los vientos sin tu
culpa
y la sonrisa de tu boca se
inundó
como una tragedia.
Te esfuerzas en perseguir lo
inalcanzable
y la meta no ve nunca su fin.