Aunque no te gusta que escriba
lo haré, precisamente si lo detestas,
porque palabras más sinceras
no encontraras, créeme, jamás.
¿Qué te digo?, Halagos te sobran
como para ser solo otra sombra,
no es que moleste, me asombran
las veces que ya no me nombra.
No seré lo que quieras,
no eres lo que necesito,
no digo que no me gustes
sino que sé lo que merezco.
No, no me llames en la madrugada
que podría ceder que tu palabra,
no me escribas dulce despiadada,
tu belleza y tus espinas igual matan.
Tus pupilas clavadas a las mías
y tus labios rojos carmín
Jugando, despistando
llamando como la primera vez.
Mis adjetivos no hacen justicia
a todo lo que aquí describiría
aquellas perlas, mejillas
Y una piel canela, ¿qué más se desea?
Pero no, no le hace justicia
y tampoco lo haré hoy,
no yo, ya no, es la nostalgia
la última que conversó.