¿De qué vale tener encarcelada,
a la más hermosa de las aves;
si al mirar, en sus ojos, ves tristeza;
y su alma en la jaula ya no cabe?
Infinito egoísmo del que piensa,
que puede obligar a que lo amen.
El amor, no es terror, ni complacencia;
y no acata lo grosero de un dictamen.
Forzar una caricia es indecencia,
y te convierte en carcelero de lo amado;
un triste mercader de indiferencia,
y estás lejos, aunque duermas lado a lado.
Se podrá haber logrado, con soberbia,
mantener de un tenue pabilo, el temblor;
pero en la gran batalla de esta vida;
solo has hecho taxidermia del amor .